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Estancia Santa Inés y un tren para la yerba mate

Pedro Nuñez fue pionero en la zona sur de Misiones. Las primeras plantaciones de yerba mate y un tren histórico.
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En el año 1906, Pedro Núñez compró 6.000 hectáreas de tierras, situadas a 20 kilómetros de Posadas, sobre la Ruta Provincial N 1, bautizada como Estancia Santa Inés.

Un año más tarde, comenzó a plantar yerba mate, siendo el primero en hacerlo en el sur de Misiones y destacándose por poner en marcha un tren para acarrear la leña que necesitaba para secar las hojas verdes de la planta.
La línea para el tren se comenzó a construir en 1921 con rieles que se traían del Paraguay y la mayor parte del material ferroviario se trasladó de la estación Garupá a Santa Inés en carretas.

Mira también: Las primeras plantaciones de yerba mate

Tabaré y Caá Porá

La primera locomotora de este tren fue una máquina con motor a explosión, a la que los peones le pusieron el nombre de ‘Tarabé’ (quesignifica cucaracha en guaraní). Después, se
adquirió una locomotora a vapor más potente, capaz de arrastrar un mayor número de vagones cargados, que fue bautizada como “Caá porá” (yerba linda en guaraní).
La máquina a vapor hacía el viaje arrastrando seis vagones, con 4 metros cúbicos de leña cada uno, llegando a hacer seis viajes por día, lo que sumaba un total de 144 metros cúbicos. Se llegó a transportar entre una y otra cosecha 9.000 metros cúbicos de leña
Como el trencito, además de traer leña del monte, era utilizado para distribuir la yerba en el secadero, se hacían con dos locomotoras chicas.

Como conseguir leña era cada vez más difícil en la cercanía, se fueron extendiendo los rieles hasta llegar a los doce kilómetros, desde Santa Inés hasta San Cristóbal. La máquina a vapor arrastraba hasta seis vagones.
Terminada la cosecha, los hacheros se trasladaban en el trencito al campo de San Cristóbal para hacer leña para la próxima (…).
El trencito funcionó activamente hasta el año 1952 en que se reemplazó la leña de monte
por la de eucaliptos. En los últimos años se tropezaba con dificultades para conseguir hacheros que quisieran ir al monte y los que se conseguían tenían
muchas exigencias”.
Fuentes: «Iviraretá País de Árboles», de Julio Núñez, ediciones Montoya, 1981 / Turismo Misiones.

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