Pueblos originarios Pampas, Mapuches y Charrúas: ¿Tomaban mate?
Sabemos que los guaraníes fueron los primeros en mascar las hojas de la yerba mate, un árbol para ellos sagrado y nativo de la Selva Paranaense, pero… ¿Hay registros del consumo y comercio en otras etnias?
Los pueblos originarios y el mate:
Hay numerosos indicios que permiten imaginar que los charrúas y otros pueblos nómades de las pampas tomaban mate, incluso pueblos andinos y hasta que los Incas conocían la yerba.
Sabemos que el hábito del mate estaba fuertemente arraigado en los pueblos nativos en los años posteriores a la conquista.
Los Charrúas
Habitaban las márgenes del río Uruguay en la época de la conquista. Eran cercanos a la cultura guaraní, por eso utilizaban implementos similares para el consumo del mate: utilizaban la técnicas del masticado. La masticación les permitía extraer los componentes activos de la planta, a esto se le llamaba «mambeo» o «coqueo».
Los Pampas
“La Pampa”, territorio de Argentina denominado así por los españoles conquistadores, era hogar de muchas tribus nativas como los puelches, picunches, taluhets y diuihets, a las cuales se les llamaba indiscriminadamente “indios pampas”.
Esta zona poseía tierras fértiles y partes desérticas, pero en ninguna prosperaba la yerba mate, por lo que recurrieron al comercio e intercambio de bienes. El fin era no solamente consumir la yerba, sino que también utilizarla como moneda de truque con otros pueblos.
Los Mapuches
Los mapuches utilizaban la yerba mate con fines recreativos, por ejemplo, cuando oscurecía, la familia se reunía alrededor del fogón a tomar mate y a conversar. La mujer atendía a los ancianos, a los niños, y al hombre. Todos paritcipaban de la conversacion, relataban los acontecimientos del día.
El comercio de la yerba mate
No hay pruebas documentales de la existencia de un mercado precolombino que llevara a la yerba fuera de la zona en que crece.
Sí sabemos que los ríos facilitaban la circulación de bienes y que existían puertos francos en los que las distintas etnias se juntaban a intercambiar bienes, por lo que es muy probable que ya entonces la yerba fuera un bien de cambio preciado, como lo fue durante los primeros siglos de la conquista, momento en que se convirtió en moneda oficial.
Cada comunidad, a su manera, le ha otorgado un uso distinto y un valor único a este árbol de la selva, creando así un amor que perdura hasta nuestros días.