Huellas que trascienden Momentos históricos de la yerba mate en la Argentina
La Selva Paranaense uno de los ecosistemas más biodiversos, tiene un árbol muy especial: la yerba mate.
Fueron los guaraníes quienes lo descubrieron y comenzaron a consumir sus hojas, lo que derivó en lo que hoy conocemos como el mate, un hábito saludable difundido por los padres Jesuitas.
Luego, con los colonizadores y los inmigrantes, el árbol de la selva fue llevado a las chacras. Se armaron plantaciones, secaderos, cooperativas y molinos. Miles de personas dieron forma a lo que hoy es una de las principales economías regionales de la Argentina.
Tiempo precolombino: el primer mate
La yerba mate era utilizada como alimento, medicina y ritual religioso por el pueblo guaraní, que habitaba y habita la región de la Selva Paranaense, esto es: parte de lo que es hoy Paraguay, Brasil y el nordeste de la Argentina.
Mascaban las hojas de yerba mate o bien las mezclaban en una calabaza, a la que agregaban agua. Consumían esta infusión filtrándola con los dientes o usando una cañita hueca. Así nació el mate.
Tras el descubrimiento de América (1492)
Llegan los españoles, quienes adoptan y popularizan la costumbre en el Virreinato del Río de la Plata.
Los sacerdotes Jesuitas, que desembarcan a mediados del siglo XVI para enseñar a los indígenas las costumbres occidentales y el catolicismo, son quienes inician (año 1609) las primeras plantaciones de yerba mate en lo que hoy son las provincias de Misiones y Corrientes, además de otros puntos de la región (en Brasil y Paraguay).
En esta etapa aumenta el consumo y se establece la comercialización del producto, transportándolo desde la zona productora hasta Chile y Perú y también por los ríos Uruguay y Paraná hasta el puerto de Santa Fe.
A principios del siglo XVIII, la yerba mate era el motor económico en la región, siendo parte de la cotidianeidad de españoles, criollos, esclavos, indígenas, de todos los estratos sociales, y generando la formación de pueblos, como San Javier, San José, Concepción, Santa María la Mayor, Mártires, entre otros.
Años 1900-1935
Período de inicio y expansión paulatina de plantaciones en Misiones, de la mano de empresas como Martín y Cía., La Plantadora, La María Antonia, Santa Inés, y Puerto Bemberg (entre otras), y de inmigrantes, a quienes el Estado, a partir de 1926, ofreció tierras fiscales para su radicación a cambio de cultivar este producto.
La producción de materia prima crece, surgen cooperativas e industrias y tiene lugar la primera crisis por sobre producción de hoja verde (1935), lo que desencadenó la creación (Ley Nacional N° 12.236) de la Comisión Reguladora de la Yerba Mate (CRYM) y el Mercado Consignatario.
La CRYM funcionó (con períodos que abarcaron aumento de importación, sobre oferta, baja de precios, cupos de cosecha y prohibición de plantaciones nuevas) hasta 1984, cuando se estableció su intervención, y luego, en 1991, fue disuelta por el Decreto Nacional N° 284/1991.
Años 1991-2001
Por decreto presidencial, se disuelve la CRYM y el Mercado Consignatario en 1991, y se profundiza una crisis social y económica nacional, que repercute marcadamente en el sector productivo de yerba mate, donde se evidencian bajos precios por la materia prima.
Para cuidar la actividad y empujados por una profunda crisis económica nacional, en los años 2001 y 2002 los productores se movilizaron hasta la ciudad de Posadas, dando origen a lo que se conoce como el Tractorazo y creando el Instituto Nacional de la Yerba Mate, el INYM.
Años 2002-2022
Se crea y tiene vigencia el Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM), ente de derecho público no estatal que tiene como objetivos promover, fomentar y fortalecer el desarrollo de la producción, industrialización, comercialización y consumo de la yerba mate y sus derivados en sus diferentes modalidades de consumo y uso, procurando la sustentabilidad de los distintos sectores involucrados en la actividad.