Historias con mate El gaucho y su amor por el mate
En todo el territorio argentino, así como en el Uruguay, Paraguay, y el sur de Brasil, Chile y hasta Bolivia; se asentaron los “gauchos«, famosos por su personalidad independiente, rural y buen corazón.
La figura del gaucho, es un ícono en los países mencionados, y representa la tradición y las costumbres rurales en muchos países; su historia tiene un fuerte vínculo con la tradicional infusión sudamericana.
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Habilidosos jinetes y expertos en asados
Habilidosos jinetes, los guachos habitaban las tierras que no eran utilizadas para fundar asentamientos, cazando el ganado salvaje llamado «cimarrón» , introducido por los colonizadores españoles y portugueses en las llanuras.
Fueron los gauchos los primeros en preparar el tradicional asado que hoy día es una de las tradiciones más arraigadas y compartidas en el Uruguay y en la Argentina.
Al interactuar y convivir con los pobladores autóctonos, los gauchos adoptaron el mate como parte de su idiosincrasia, a la par del asado, andar a caballo y su típica vestimenta de cuero.
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El significado del gaucho para los argentinos
El historiador e investigador del CONICET, Ezequiel Adamovsky, autor de El gaucho indómito, describe el significado del gaucho para los argentinos:
«El gaucho fue primero un emblema de las clases populares por haber sido desde muy temprano una voz crítica respecto de los poderosos, una figura rebelde que se sustraía a la ley de los de arriba y denunciaba que era injusta.
«A fines del siglo XIX, es también el gaucho que combate con su cuchillo a militares y policías. El que da muerte a los representantes de un Estado injusto»
Los atributos de un gaucho
«A más tardar para la década de 1880, el gaucho está consolidado como héroe popular con esos atributos. Tenía ya entonces también otros: la virilidad, el apego a las tradiciones camperas, la simpleza, la musicalidad, la lealtad con los amigos, el desinterés.» Destaca Adamovsky.
Rondas de mates junto al fogón
Tomaban mate caliente en rondas , durante el desayuno, el almuerzo, la cena y antes de dormir. Tomar unos mates se convirtió en una tradición gaucha que aún perdura: los gauchos se reunían para socializar con sus pares y era común el agua calentándose en los fogones junto al asado de carne de vaca, y un mate que pasaba de mano en mano.
Durante el largo proceso de la independencia de Argentina en el siglo XIX, la costumbre de tomar mate se fortaleció dentro del folclore nacional y llegó intacta hasta nuestros días.