Tradición que se comparte Tres mitos sobre cómo se prepara un mate
Los rituales son parte de la tradición de un pueblo, y estos saberes se comparten y muchas veces forman parte de las creencias que se transmiten de generación en generación . El mate es una bebida popular que arraiga muchos mitos, estos son tres de ellos:
1) Cuando preparo un mate, tapo con la mano la boca para sacar el polvo de la yerba mate: NO
Cuando estamos preparando el mate y colocamos la 3/4 partes de yerba dentro del recipiente, hay que tapar la boca con la palma de la mano y agitarlo bien para que todos los componentes se integren de manera pareja.
El polvo, las hojas trituradas y los palos deben estar bien mezclados, al sacudir el mate no estamos sacando el polvo, estamos asegurando un mejor sabor, más parejo.
¿Qué pasa si la yerba tiene mucho polvo?
En ese caso recomendamos comprar una marca con bajo contenido de polvo o abrir el paquete y vaciarlo hasta la mitad en otro recipiente, mezclar cada parte por separado enérgicamente y volver a colocar en el paquete o en un recipiente hermético.
¿Para qué hacer esto? Para asegurarnos que todos los componentes estén bien mezclados de manera homogénea. .
¿Por qué no comprar el «despolvillador» o «saca polvo»?
Despolvillador: en algunos comercios se venden estos artefactos para sacar el polvo y colar la yerba. No es recomendable comprarlos, el polvo es un componente virtuoso que aporta sabor y esa espumita que tanto nos gusta ver. Utilizarlos es desperdiciar dinero, porque estamos tirando producto.
«La yerba mate es resultado de una molienda, y es normal que tenga polvo, explica la Dra. Ana Theas, investigadora de la Universidad Nacional de Misiones. «Ese polvo proviene de las hojas, y no es perjudicial para la salud», agrega Ana.
Importante: el polvo debe ser de hoja, no de palo molido.
2) Si le pongo el dedo a la bombilla, evito que se tape: NO.
¡Claro que no! Una de las reglas de todo buen cebador de mates, es no tocar la bombilla, no moverla para que no se moje toda la yerba.
La bombilla se tapa cuando se meten pedacitos de palos en la boca o en el filtro, por eso es aconsejable lavarla bien al menos una vez por mes.
Si estamos dispuestos a invertir, las mejores son las de alpaca o de acero quirúrgico: tienen mayor vida útil.
3) Si el agua hirvió, no se puede utilizar otra vez esa agua: si se puede.
Si calentamos el agua utilizando una hornalla, a veces nos distraemos y el agua hierve.
La solución: agregar un chorro de agua fría y volver a calentar el agua, lo único que va a suceder es que si el agua tiene mucho cloro, va a tener menos.
¿Qué pasa cuando el agua hierve? Al aumentar la temperatura, el gas se escapa (puede ser oxígeno disuelto, cloro). Lo único que puede pasar es que se modifique un poco el gusto del agua: va a tener menos gusto a cloro, si tiene mucho.
Siempre hay que estar atentos a la temperatura, ir cebando los mates desde la pava con agua tibia, hasta llegar a la temperatura adecuada: entre 75/80 °C.
¿Cómo puedo saber si el agua está a punto para tomar mates?
El momento justo es un poco antes que la pava empiece a «cantar» (algunas hacen como un silbido) y apenas comiencen a formarse las primeras pequeñas burbujas en el fondo de la pava.
Si se deja hervir, el agua muy caliente hace que la yerba se queme y los mates se vuelvan muy amargos. Si se superó el punto de ebullición, basta con agregar un poco de agua fría y volver a calentar.
En muchos comercios pueden conseguirse pavas o hervidoras eléctricas que permiten seleccionar la temperatura adecuada para el mate.
¡Tres mitos derribados! Ahora a calentar el agua, buscar la yerba, mate y bombilla… ¡Y a preparar unos amargos!
Contanos en los comentarios cuál es tu secreto para que los mates te salgan ricos.